CONSULTORIO JURIDICO GRATUITO JUEVES DE 18 A 20 HS EN NUESTRO LOCAL DE "LA TOMA" MARTES DE 18.30 A 19.30 EN NUESTRO LOCAL DE VIGIL GABOTO 450

ROSARIO
.

lunes, 25 de abril de 2011

Opinión:¿Juicio y Castigo?- Por Norma Ríos

La reciente desaparición por poco más de 30 horas de Víctor Martínez, fundamental testigo de la Causa Suárez Mason por el asesinato disfrazado de accidente del Obispo Ponce de León el 11 de julio de 1977, en San Nicolás, muestra una capacidad operativa de los grupos de tareas realmente importante y omnipresente.
Una evidente contradicción con la imagen cobarde y patética (en camilla, ojos cerrados cual verdadero enfermo, un asco) que intentó dejar en jueces y público en general el otrora intocable Luis Patti a través de todo el juicio que finalmente logró su condena a prisión perpetua, tal lo merece. Vale destacar que este torturador de picana y bala fácil de la dictadura al menemismo, votado reiteras veces por los vecinos partidarios de "la seguridad "a cualquier precio, es aún un importante referente de la bonaerense.
Bueno es decir que entre estos dos hechos aparentemente inconexos, pero altamente significativos, hay una serie de datos que es necesario destacar, sin por eso agotar el tema ni mucho menos:Víctor Martínez, un testigo de suma importancia, fue secuestrado, drogado y finalmente liberado. Por suerte, no se repitió aquí la trágica historia de Julio López, pero sin dudas esto no terminó. Cuantos secuestros y/o desapariciones más harán falta para que se comprenda:¿que el Juicio y castigo a los genocidas no pueden ser una pálido reflejo de justicia?
¿Que las poquísimas condenas que están firmes ( 41), más todos los genocidas que disfrutan del bienestar de la prisión domiciliaria, hacen que las condenas (210) sean sólo un dato anecdótico para una sociedad demasiado indiferente al tema, un imperativo ético para quienes soñamos con verdadera justicia, pero a 35 años , sin dudas no constituyen ningún acto de justicia real, sólo hojas de historia que se van rescatando, historias de lucha, de resistencia, de militancia, de valentía, de cobardías, de horrores y dolores, de sueños, de amores…..porque de todo eso esta hecha la historia de los hombre y mujeres que lucharon por una patria distinta.
¿Que sólo la prisión de estos criminales de lesa humanidad, el aceleramiento de las causas, la apertura de todos los archivos de la represión y la extensión del brazo de la ley existente hacia todos los cómplices civiles, fundamentalmente económicos, como Martínez de Hoz e institucionales y judiciales, como la Jueza Cozidoy y eclesiásticos, como el monseñor Zitelli, etc. etc. etc,. hará que se limpie un poco, sólo un poco, el aire que respiramos? Todos ellos partícipes de un plan de exterminio en aras de la reconvención económico/ financiera en beneficio de unos pocos.
Y aún así nos quedan los asesinos de las tres A, reciclados eternamente, y los mafiosos de todo pelaje, verdaderos padrinos, que acompañan a “muy limpios y progresistas candidatos de proyectos nacionales y populares”, esos hacedores y disfrutantes de la impunidad cotidiana.
Como nos queda la Deuda Externa, la flexibilización laboral, las tierras en pocas manos, como imposición de una oligarquía que reforzó sus intereses a costa de la sangre de una generación.
¿Con cuántas Silvia Suppo, cuántas intimidaciones, cuantas amenazas, pagaremos el costo de condenar a unos pocos, muy pocos, genocidas?
Porque es en esa impunidad asqueante y sin retorno donde hace agua la puesta es escena miserable de los Patti, Bussi y compañía, cuando pretenden mostrarse viejitos, enfermos, olvidadizos e inocentes.
Se saben aún tan poderosos que, como en los juicios en Rosario, pueden darse todos los lujos que les otorga una democracia que supieron escupir y pisotear sin vacilaciones, pretendiendo mentirnos en la cara, a sabiendas que nadie les hará absolutamente nada más que esperar con una paciencia que duele, que estos jueces cómplices de silencio e indiferencia frente al dolor de los militantes, madres, familiares, hijos e hijas, los condene.
La profundización de la lucha por Juicio y Castigo a los Genocidas es un compromiso que nunca abandonamos los luchadores de Derechos Humanos y el campo popular!!
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS

miércoles, 13 de abril de 2011

Página/12

El Senado uruguayo aprobó dejar sin efecto la ley que impedía juzgar las violaciones a los derechos humanos
El Frente Amplio terminó con la amnistía en Uruguay

El proyecto interpretativo que anula la Ley de Caducidad era rechazado por la oposición y por tres senadores del Frente Amplio. Finalmente ganó la anulación de la legislación de amnistía.

/fotos/20110413/notas/na03fo01.jpg
Fue una larga sesión, donde todos los senadores tuvieron algo para decir antes de votar.
El Senado uruguayo aprobó ayer el proyecto interpretativo que deja sin efecto la Ley de Caducidad. Durante 25 años, esa norma impidió que se persiguiera y se juzgara a los responsables de secuestros, torturas, desapariciones y asesinatos cometidos durante la dictadura que gobernó al país entre 1973 y 1985. Los opositores Partido Nacional y Partido Colorado votaron en contra de la iniciativa promovida por el gobernante Frente Amplio (FA). Pero también hubo discrepancias dentro de las filas de esa coalición de centroizquierda. El histórico militante tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro se encolumnó por disciplina partidaria a favor del proyecto presentado por el FA, pero anunció que renunciaba a su banca.

domingo, 3 de abril de 2011

Cabanillas, dos notas que construyen la historia de otro genocida condenado.

El país|Martes, 5 de septiembre de 2006
Está imputado, entre otros casos, del homicidio del hijo del escritor Juan Gelman. Revistó en la SIDE y fue uno de los jefes de Orletti. Participó del acto de Blumberg en la Plaza de Mayo.
Por Adriana Meyer
/fotos/20060905/notas/NA04FO01.JPG
El juez federal Daniel Rafecas dispuso ayer la detención del general Eduardo Cabanillas.
Al general retirado Eduardo Rodolfo Cabanillas le llegó la hora. Ayer fue detenido en la causa del Primer Cuerpo del Ejército, en la que se investigan violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. Cabanillas está imputado del homicidio, entre otros, del hijo del escritor Juan Gelman. En abril de 1999, Cabanillas era el jefe del Cuerpo de Ejército II cuando la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) pidió su relevo inmediato, con el argumento de que su ascenso en el Senado había sido determinado sin contar con datos clave de su carrera: el militar revistó en comisión en la SIDE y en el centro clandestino de detención Automotores Orletti, donde fue uno de los jefes. De este modo, Cabanillas se suma a la lista de detenciones ya ordenadas por el juez federal Daniel Rafecas en la búsqueda de los responsables de este centro clandestino, así como al pedido de extradición formulado por el juzgado respecto de una decena de militares uruguayos.
El nombre de Cabanillas es uno más en la nómina de los imputados, que incluye al teniente coronel retirado Rubén Visuara, al comodoro retirado Néstor Guillamondegui, al ex agente de la SIDE Honorio Martínez Ruiz, alias “Pájaro”, y al ex agente de Inteligencia Raúl Guglielminetti, alias “Ronco” o “Guastavino”, que fue preso recientemente.
Cuando era capitán, Cabanillas habría cometido la privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos a 29 personas que permanecieron cautivas en Orletti, que funcionaba desde 1976 en el Bajo Flores, como también el homicidio agravado de cinco de las víctimas. Entre ellos está Marcelo Gelman, cuyos restos fueron hallados en octubre de 1976 dentro de tambores sellados, rellenos con cal y cemento, que habían sido arrojados al río Luján. Esos cuerpos mostraban un impacto de bala en el cráneo.
Cabanillas está acusado de haber sido, desde la SIDE, el superior inmediato del fallecido Aníbal Gordon, quien comandaba ese centro clandestino de detención y tortura. A su vez, este represor tenía como superiores a Guillamondegui y Visuara. Este último respondía directamente al jefe de la SIDE, el fallecido general Otto Paladino. En los próximos días, el juez Rafecas estará en condiciones de decidir la situación procesal de todos los imputados del caso.
Cabanillas, que concurrió a la última marcha del ingeniero Juan Carlos Blumberg en la Plaza de Mayo, revistó en comisión en la SIDE entre el 20 de agosto de 1976 y el 27 de enero de 1977. El mismo reconoció en una entrevista que operó en Operaciones Tácticas 18, como era conocido Orletti en el lenguaje de la represión.
Según relató Juan Gelman, Cabanillas admitió en un expediente militar de 1977 su desempeño en Orletti. Como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos comprobó que esto había sido omitido durante la confirmación de su cargo en el Senado, en abril de 1999 le pidió al entonces jefe del Ejército Martín Balza, su relevo. La primera respuesta de Balza fue respaldarlo, argumentando que Cabanillas estaba en condiciones técnicas de sucederlo. El ex jefe del Ejército insistió en que no sería él quien debía cortar la carrera del militar acusado. Y agregó que era la Justicia federal la que debía establecer la responsabilidad de Cabanillas en la apropiación ilegal de la nieta de Gelman, y en otros delitos de lesa humanidad.
“Me dijo que trabajaba en unas oficinas, que nunca presenció ni supo de acto delictivo alguno y que no tenía ningún conocimiento relacionado con ese secuestro”, repetía por esos días Balza. El peso de los acontecimientos hizo que Balza finalmente lo sacara del cargo.