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ROSARIO
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martes, 27 de abril de 2010

APDH ROSARIO ACOMPAÑA EL RECLAMO DE UNA MADRE:POR LA INCLUSION DE PERSONAS CON NECESIDADES ESPECIALES EN LA ESCUELA COMUN


03-05-10 | | imprimir

Un largo camino para ir a la escuela


“Hace dos meses que empezaron las clases y mi hijo sigue sin ir a la escuela”, se quejó Lorena Lescano, la madre Germán, un niño de 7 años con un trastorno de desarrollo que recién hoy podrá comenzar el ciclo lectivo luego de un derrotero por el sistema educativo.
En 2007, a Germán se le diagnosticó un trastorno generalizado del desarrollo (TGD) con espectro autista. Hasta el año pasado, fue a preescolar en la Escuela Nº 115 Provincia de Salta, pero sobre el final del ciclo lectivo les avisaron que este año ya no podría concurrir allí.
“Recurrimos al Ministerio de Educación para que nos ayudara, pero no hubo respuesta. Nos mandaron a la Escuela Especial Nº 2.010, donde lo evaluaron y nos dijeron que tampoco debía ir”, contó Lorena, de 32 años.
Finalmente, tras una reunión con la titular de la Regional VI de Educación, Marta Díaz, el ministerio dispuso que este establecimiento lo aceptara y así hoy Germán volverá a clases.
La abogada que patrocina el caso, María del Carmen Martínez, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), tildó de “kafkiano” lo vivido por esta familia en los últimos meses. “Se hizo un reclamo a través de cuatro notas firmadas al Ministerio de Educación, ninguna de las cuales fue contestada”, señaló.
Diagnóstico. Los primeros síntomas comenzaron cuando Germán tenía un año y medio. “De un día para el otro dejó de hablar y comenzó a manejarse con señas. Se ponía muy mal cuando no lo entendíamos. Se fue desconectando cada vez más y llegó un día en que ni miraba, ni hablaba ni te escuchaba”, relató Lorena.
Pero a partir del diagnóstico de TGD, y mucho trabajo con psicólogos, fonoaudiólogos y psicopedagogos, Germán pudo ir a jardines de infantes comunes e incluso hizo, el año pasado, el preescolar en la Escuela Nº 115. “Por asesoramiento de especialistas que lo atienden en un centro terapéutico, en 2009 fue a la escuela acompañado por una maestra integradora. Pero hubo muchas trabas y en noviembre nos dijeron que este año no iba a poder ir. No dieron más explicación que la edad y no hubo ningún informe por escrito”, contó la mamá.
Sin escuela. Entonces comenzó el periplo de Lorena para lograr que este año Germán fuera a la escuela. En diciembre, le dijeron en el Ministerio de Educación que le iban a dar un lugar, pero llegó febrero y la respuesta no aparecía. Hasta que la derivaron a la Escuela Especial Nº 2.010. “Ahí le hicieron una evaluación de 15 minutos, lo que por las características de Germán no tiene sentido porque se necesita al menos una hora para hacer un contacto real con él. Lo peor es que nos dijeron que él no estaba para una escuela especial y que ahí no lo podían tener”, relató Lorena.
Así hubo que volver a insistir ante el Ministerio de Educación. “No pueden jugar así con la vida de mi hijo. El Estado tiene que hacerse cargo y escuchar lo que dicen los especialistas que lo atienden: que tiene que ir a una escuela común”.
Tras la reunión con Marta Díaz, Germán fue aceptado en la Nº 2.010. “Es algo de último momento ante la falta de respuestas”, dijo la abogada, aunque destacó “la buena predisposición de los directivos de la escuela en las últimas horas”.
Germán retomará hoy la escuela normalmente. Pero, según la abogada de su familia, “habrá qué ver cómo se integra y si responde, porque acá hay una indicación de los especialistas que dice que el nene debe ir a una escuela común y eso no se está teniendo en cuenta. Llegado el caso, habrá que seguir reclamando al ministerio que se haga eco de ello, por la vía administrativa o judicial”.

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