viernes, 21 de diciembre de 2012
Condenas por apropiación y complicidad con el genocidio
En
otro fallo histórico, el TOCF Nº 1 de La Plata sentenció con 10 años de
prisión a una médica de policía que fraguó la partida de nacimiento de
Sebastián Casado Tasca. En tanto su apropiadora recibió 5 años y seis
meses.
Por Diagonales@gmail.com
Las dos mujeres acusadas por la apropiación de Sebastián Casado Tasca, hecho ocurrido en La Plata durante la última dictadura militar, recibieron condenas de 10 y 6 años y medio. La pena más abultada fue para la médica de policía Nora Raquel Manacorda, quien fraguó la partida de nacimiento del bebé, y la segunda para su apropiadora, Silvia Beatriz Molina. El fallo del Tribunal Oral Criminal Federal Nº 1, integrado en esta ocasión por Carlos Rozanski, Pablo Jantus y Pablo Vega, es una vez histórico, pues considera a ambas acusadas cómplices del “genocidio perpetrado entre 1976 y 1983”. Consideraron para ello el “traslado” que hicieron del menor “de un grupo familiar a otro”.
La lectura de la sentencia se realizó en la sala de audiencia que el Tribunal tiene en 4 entre 51 y 53, a poco más de 12 horas de que concluyera el mismo trámite del juicio por los crímenes cometidos en el denominado Circuito Camps. En una sala algo menos colmada que en esa oportunidad, el fallo fue recibido con menos efusividad que el anterior, pero con el mismo nivel de elogio por su carácter inédito. Es la primera condena por apropiación de menores en la que se toma el criterio de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, estuvo presente durante la lectura del fallo, y al concluir la misma elogió al Tribunal.
En el caso de Manacorda, habrá una evaluación médica para comprobar si está en condiciones de afrontar prisión efectiva o si su prisión será domiciliaria. En tanto Molina seguirá libre hasta que la sentencia esté firme.
Secuestro y aparición. Sebastián Casado Tasca, de 34 años, recuperó su identidad en febrero de 2006. Había nacido en marzo de 1978 cuando su madre Adriana Leonor Tasca, estudiante de derecho secuestrada en La Plata a fines de 1977 cuando tenía 5 meses de embarazo, estaba cautiva en el centro clandestino de detención conocido como “La Cacha”.
Tasca permanece desaparecida, al igual que el padre de Sebastián, Gaspar Casado, también estudiante de derecho secuestrado junto a su esposa, quien, según testigos, estuvo detenido en la ESMA.
Tras dar a luz, el niño fue entregado por un oficial de las Fuerzas Armadas a un matrimonio allegado, integrado por Angel Capitolino y Silvia Beatriz Molina, quienes lo inscribieron como hijo propio, con el nombre de Sebastián Capitolino, con una partida de nacimiento falsa firmada por Manacorda, la médica de la policía bonaerense que se desempeñaba en la División Sanidad de la fuerza.
Ángel Capitolino, ya fallecido, había sido denunciado en 1984, pero en esa oportunidad no se pudo acreditar la verdadera afiliación de Sebastián Casado Tasca, por lo que se declaró extinguida la acción penal. En octubre de 2009 se declaró que la apropiación es un delito de lesa humanidad por lo que se declaró nula la resolución que extinguió esa acción penal.
Su hermana de crianza se acercó primero al CONADI a investigar la posibilidad de ser hija de desaparecidos, pero en su caso los resultados dieron negativo. En esa oportunidad se enteró de la existencia de una causa contra Capitolino, ya prescripta, donde se había cuestionado el origen de Sebastián.
Finalmente Casado Tasca se acercó al CONADI, y tras acceder al expediente contra Ángel Capitalino tuvo la prueba de su posible apropiación. Meses más tarde, en septiembre de 2005, accedió a la prueba de ADN cuyos resultados estuvieron en febrero de 2006.
Por Diagonales@gmail.com
Las dos mujeres acusadas por la apropiación de Sebastián Casado Tasca, hecho ocurrido en La Plata durante la última dictadura militar, recibieron condenas de 10 y 6 años y medio. La pena más abultada fue para la médica de policía Nora Raquel Manacorda, quien fraguó la partida de nacimiento del bebé, y la segunda para su apropiadora, Silvia Beatriz Molina. El fallo del Tribunal Oral Criminal Federal Nº 1, integrado en esta ocasión por Carlos Rozanski, Pablo Jantus y Pablo Vega, es una vez histórico, pues considera a ambas acusadas cómplices del “genocidio perpetrado entre 1976 y 1983”. Consideraron para ello el “traslado” que hicieron del menor “de un grupo familiar a otro”.
La lectura de la sentencia se realizó en la sala de audiencia que el Tribunal tiene en 4 entre 51 y 53, a poco más de 12 horas de que concluyera el mismo trámite del juicio por los crímenes cometidos en el denominado Circuito Camps. En una sala algo menos colmada que en esa oportunidad, el fallo fue recibido con menos efusividad que el anterior, pero con el mismo nivel de elogio por su carácter inédito. Es la primera condena por apropiación de menores en la que se toma el criterio de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, estuvo presente durante la lectura del fallo, y al concluir la misma elogió al Tribunal.
En el caso de Manacorda, habrá una evaluación médica para comprobar si está en condiciones de afrontar prisión efectiva o si su prisión será domiciliaria. En tanto Molina seguirá libre hasta que la sentencia esté firme.
Secuestro y aparición. Sebastián Casado Tasca, de 34 años, recuperó su identidad en febrero de 2006. Había nacido en marzo de 1978 cuando su madre Adriana Leonor Tasca, estudiante de derecho secuestrada en La Plata a fines de 1977 cuando tenía 5 meses de embarazo, estaba cautiva en el centro clandestino de detención conocido como “La Cacha”.
Tasca permanece desaparecida, al igual que el padre de Sebastián, Gaspar Casado, también estudiante de derecho secuestrado junto a su esposa, quien, según testigos, estuvo detenido en la ESMA.
Tras dar a luz, el niño fue entregado por un oficial de las Fuerzas Armadas a un matrimonio allegado, integrado por Angel Capitolino y Silvia Beatriz Molina, quienes lo inscribieron como hijo propio, con el nombre de Sebastián Capitolino, con una partida de nacimiento falsa firmada por Manacorda, la médica de la policía bonaerense que se desempeñaba en la División Sanidad de la fuerza.
Ángel Capitolino, ya fallecido, había sido denunciado en 1984, pero en esa oportunidad no se pudo acreditar la verdadera afiliación de Sebastián Casado Tasca, por lo que se declaró extinguida la acción penal. En octubre de 2009 se declaró que la apropiación es un delito de lesa humanidad por lo que se declaró nula la resolución que extinguió esa acción penal.
Su hermana de crianza se acercó primero al CONADI a investigar la posibilidad de ser hija de desaparecidos, pero en su caso los resultados dieron negativo. En esa oportunidad se enteró de la existencia de una causa contra Capitolino, ya prescripta, donde se había cuestionado el origen de Sebastián.
Finalmente Casado Tasca se acercó al CONADI, y tras acceder al expediente contra Ángel Capitalino tuvo la prueba de su posible apropiación. Meses más tarde, en septiembre de 2005, accedió a la prueba de ADN cuyos resultados estuvieron en febrero de 2006.