Ellos siguen matando de todas las formas posibles, nosotros seguiremos organizándonos para que paguen todas las muertes
José Luis Talavera, ¡Hasta la victoria, compañero!
(Reproducimos texto enviado por la compañera Hilda Presman de la Red de DDHH de Corrientes).
Hoy falleció, en extrema indigencia, José Luis Talavera, uno de los heridos de la feroz represión y desalojo de los autoconvocados del Puente Gral. Belgrano, allá por diciembre de 1999, que fuera dispuesta por la terna Ricardo Chiappe (gendarme a cargo del operativo), Federico Storani (Ministro del Interior) y Carlos Soto Davila (juez federal que dio la orden de desalojo y consolidó el encubrimiento e impunidad institucional).
José Luis era un changarín y vendedor ambulante que, como miles de correntinos, acusó el recibo de la feroz crisis económica que vivió la provincia por esos meses de salarios impagos a los estatales, por lo que sin serlo, acompañaba sus reclamos.
Tempranito en la mañana del 17 de diciembre, supo del desalojo del Puente por la radio, en su casa del barrio Pirayuí. La gendarmería, que había llegado por agua, tierra y aire desde Rosario, con los "quebrantahuesos" al mando de Chiappe, había liberado a balazos el puente, y perseguía por las calles colaterales a los manifestantes.
Sin dudarlo, tomó prestada una bicicleta y pedaleó los7 km. que van de su casa a las inmediaciones del Puente. Allí se sumó a tantos que llegaron igual que él, indignados, a repudiar la agresión de los "verdes", con piedras y trapos en la cara, defendiendo el territorio y enfrentando los gases y las balas asesinas.
Como todos los que se concentraron en la zona del Barrio Ferré, avanzaba y retrocedía, según se posicionaran las tropas, que lanzaban gases de humo primero, gases lacrimógenos después, y luego, si la dispersión no era completa, se apostaban, desde las casillas de gas del barrio y desde algunos techos, con itakas cargadas con balas calibre 22.3.
Así cayeron asesinados Francisco Escobar y Mauro Ojeda. Junto a José Luis Talavera, 28 correntinos más aún llevan, impune en el cuerpo, la marca de la represión.
Talavera cayó en Chaco y 3 de abril, a las 9:15 de la mañana, con una bala que le fracturó el fémur. Más de tres meses estuvo internado en el Hospital Llano.
Ahí lo conocí. Y desde entonces, hasta ahora, batalló sin parar por el esclarecimiento de los hechos, por justicia.
Con él, marchamos a Buenos Aires, reclamamos ante la secretaria de Derechos Humanos de la Nación, ante la Presidencia de la Nación. Él fue uno de los querellantes, que junto a CORREPI, firmó la denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Siempre reclamando que se esclarezcan los hechos, se individualicen los responsables materiales e intelectuales de la represión a los autoconvocados, que se haga justicia y haya una verdadera reparación a las victimas y sus familiares.
Hace ya varios años que estaba enfermo, pero eso no mermó su reclamo de justicia. En estos trece años siempre fue consciente que cada migaja que conseguía del estado, era fruto de la presión y la lucha.
Estuvo en Itatí, cuando la presidenta anunció que luego de 7 años de demanda en los Tribunales Internacionales, el Estado Argentino se avendría a reconocer la responsabilidad política en estos hechos de violencia institucional. Pero aún no llegó la anunciada reparación, ni mucho menos la Justicia.
Como Mauro, Como Francisco, como el querido compañero Toni Alegre, José Luis Talavera, desde donde esté, seguirá firme en su reclamo de DIGNIDAD; VERDAD Y JUSTICIA PARA LA MASACRE DEL PUENTE GRAL. BELGRANO, EN DICIEMBRE DE 1999.
¡HASTA LA VICTORIA, COMPAÑERO!
Hilda Presman (en la Red de DDHH).
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