Tras 12 años de lucha, se inauguró el Museo de la Memoria
Por Indymedia Rosario - Sunday, Dec. 19, 2010 at 7:35 PM
rosario@indymedia.org
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El viernes pasado quedó inaugurada la nueva sede del Museo de la Memoria. El edificio donde funcionaba el Comando del Segundo Cuerpo del Ejército durante la dictadura genocida, abrió sus puertas como museo, luego de más de una bochornosa década de espera, en la que pese a existir la expropiación se le permitió el funcionamiento al bar Rock & Fellers. Gracias a la lucha incansable de los organismos de derechos humanos, la sede del horror se transforma en un espacio de memoria. Un recorrido por la inauguración y la historia que nos permitió vivirla.Son de esas victorias que todos nos permitimos festejar. Son de esos actos en los que no hay lugar ni material ni simbólico para el recauchutaje político de los que poco hicieron a favor de este logro. Pero sí hay lugar, tiempo y espacio para reconocer a quienes se jugaron por el objetivo de que el lugar donde se definía la política represiva de todo el litoral hoy sea el Museo de la Memoria.
Mientras la forma del pañuelo de las Madres se dibujaba en las paredes externas de la ahora ex sede del Comando del Segundo Cuerpo del Ejército, la silueta de Jorge Julio López interpelaba sobre los enormes desafíos que restan para hablar verdaderamente de Justicia. La sensación de alegría y emoción se potenciaba con la imagen proyectada de los genocidas en el banquillo de los acusados, pero se medía a la vez con la indignación de que casi todos los que están siendo juzgados, no están presos.
Doce años pasaron de aquella ordenanza 6506 del Concejo Municipal a favor de que se instale un Museo de la Memoria en esa sede. La intención de instalar un emprendimiento gastronómico en la esquina de Moreno y Córdoba, fue el disparador de una larga historia. Finalmente el bar se instaló en 1999 bajo el nombre de Rock & Feller's, remitiendo a John Davison Rockefeller, empresario Industrial Estadounidense fundador de la Standard Oil y representante de la estructura monopolista y bélica mundial. El bar abrió en julio de 1999, "a través de una habilitación totalmente trucha por noventa días. En 2002 los ediles afirmaron que no había habilitación, ni carpetas de registro. Se decide que la última fecha de entrega era el 31 de Mayo de 2003", relataba Norma Ríos, Presidenta de la Asamblea permanente por los Derechos Humanos (APDH Rosario) en uno de los tantos escraches realizados en el lugar.
Pero la hora llegó. El Museo de la Memoria dejó su sede en la Estación Rosario Norte y se reinauguró con gran presencia de público, números artísticos, la presencia de autoridades municipales, provinciales y referentes de la cultura. En el acto realizado en la calle, se entregaron además los Premios de Derechos Humanos Pocho Lepratti, que esta vez fueron para el grupo de mujeres Las Juanas y el presidente de la Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans (FALGBT), Esteban Paulón.
"Es una patada en el trasero a la derecha rosarina, a los que por facebook decían que no había que salir del Rock and Fellers, a los milicos que se opusieron a los funcionarios que durante años hicieron lo posible para que esto no se haga y demostrar una vez más, que como dicen las Madres, la única lucha que se pierde es la que se abandona", consideró la presidenta de APDH Rosario en la inauguración.
"Hemos construido este museo golpeados por las adversidades de los negadores que a los largo de los años se empeñaron en decir que no sería posible sin saber ellos que cada rechazo no hacía más que alimentar nuestro empeño", evaluó por su parte el director del Museo de la Memoria, Rubén Chababo.
En la recorrida de una noche que aguantó todo lo posible para no llover, se vieron muchas miradas emocionadas y voces de reconocimiento para quienes a fines de los 90 se pusieron al frente del proyecto del museo: los ex concejales Daniel Luna, Rafael Ielpi y Roberto Bereciartúa.
"Parece un sueño, pero es la realidad, demuestra que 33 años de lucha no fueron en vano", se emocionó en el escenario Elsa "Chiche" Massa, de Madres de Plaza de Mayo. Massa recordó además el peregrinar "de un pequeño grupo de familiares que veníamos en el 77 a este lugar, para saber dónde estaba nuestros familiares y recibíamos una humillante respuesta de los militares, de quiénes impartían las órdenes para que cometieran las peores atrocidades en los Centros clandestinos de detención".
"En este lugar se decidía la política represiva de todo el segundo Cuerpo, acá se hicieron los juicios militares. Hoy hay abierto un espacio para la vida, más allá de las idas y venidas", manifestó por su parte Olga Moyano, víctima, testigo y querellante de la primera causa por delitos de lesa humanidad en Rosario.
En el escenario no hubo discursos de autoridades. Sólo Chababo leyó un breve discurso en el que destacó el "trabajo sostenido en la pasión y en la conciencia de estar construyendo algo necesario" y definió: "hemos construido un museo para que el nombre de los ausentes, aquellos que fueron arrebatados por la violencia homicida del Estado no sean devorados por el olvido".
"Quisimos que su juventud, su templanza, sus visiones del mundo quedaran resguardadas entre estas paredes. Hemos construido este museo golpeados por las adversidades de los negadores que a los largo de los años se empeñaron en decir que no sería posible sin saber ellos que cada rechazo no hacía más que alimentar nuestro empeño", prosiguió el director del Museo. "Se abre para los que hoy son despreciados, los que hoy esperan que la justicia se cumpla y también nos advierte de los dolores que se extienden por las prisiones de América Latina y nos recuerda que nuestra policía mata y sigue matando y quejuega al blanco móvil con el cuerpo de los más indefensos", planteó el funcionario haciendo estallar los aplausos del público.
Antes de subir al escenario, el músico Juan Carlos Baglietto manifestó que "es muy emocionante estar recuperando este espacio para que los que tuvieron la suerte de no vivir esta etapa negra de la historia argentina, sepan que eso existió". Él junto a Liliana Herrero, los músicos de la Bersuit Vergarabat, Los Olimareños y varios artistas más, llenaron de música la ochava por casi tres horas.
Los doce años de reclamo para hacer de ese oscuro lugar un espacio para la memoria y la verdad, dejó mella en todos los protagonistas. Por el lado de los organismos de derechos humanos, Ríos destacó como aprendizaje el "trabajar en conjunto, sin caer en pequeñas diferencias, con un objetivo en común". ElGobernador Hermes Binner por su parte consideró que "la enseñanza que deja es que si persiste el pedido y la vocación de defender este lugar, la lucha continúa en el terreno de traer acá a los jóvenes para que sepan lo que pasó y nunca más vuelva a suceder".
Más que Nunca
En el primer piso del Museo de la Memoria, una exquisita muestra de fotos permite recorrer concisamente el camino recorrido por víctimas, testigos y querellantes en causas por crímenes de lesa humanidad. Los fotógrafos Héctor Rio, Leonardo Vincenti y Matías Sarlo seleccionaron 40 de las imágenes que registraron a lo largo de los juicios por delitos de lesa humanidad en Rosario, en un documental colectivo llamado Más que Nunca. Es, sin lugar a dudas, un espacio recomendado para quienes se sumerjan en las diversas propuestas del museo.
La idea de hacer un registro colectivo "es una postura política frente al individualismo que quisieron imponer con esa misma represión y otras formas de mutilación ideológica del país", afirmaron los fotógrafos.
Además, el Museo cuenta con planta permanente, planta para muestras temporarias, auditorio importante de obras, centro documental y biblioteca especializada en derechos humanos con más de 3 mil libros, bajo la consigna de afirmar los "valores democráticos y rechazo a la violencia".
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