10 de junio de
2013
La
Corte Suprema Argentina sentó jurisprudencia contra los pueblos
latinoamericanos
La Corte Suprema
de Justicia de la Nación emitió un fallo, basado en el dictamen que
elaboró la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils
Carbó, para levantarle un embargo por US$ 19.000
millones a la Chevrón Corporation, otorgándole impunidad a una
de las petroleras más cuestionadas por violaciones a los derechos humanos,
colectivos y ambientales en el mundo.
Luego de
20 años de luchas, el hermano pueblo de Ecuador le ganó un juicio a la
Corporación Chevrón por desvastar intencionalmente 500 mil hectáreas de
selva del Amazonas durante 30 años, provocando muerte, destrucción y
desplazamiento de miles de indígenas y colonos que habitan en esa
región.
Más allá de los
daños irreparables, este juicio permitió que la justicia civil argentina
embargase a la filial local de Chevrón con la ratificación unánime de la Cámara
de Apelaciones. Surgía de esta manera, la primera oportunidad para que la
Corporación Chevrón se viese obligada a respetar la condena que desconoce y se
niega a cumplir.
Pero no sólo se
impidió esto sino que, gracias al fallo de la Corte Suprema, también se permitió
al Gobierno celebrar, a través de YPF, un contrato con Chevrón muy desfavorable
para los argentinos, por un monto de U$S 1.500 millones para explotar el
yacimiento de Vaca Muerta. Tanto es así, que miembros del
directorio de YPF han renunciado para no ser cómplices de esta
estafa.
Me pregunto si
Ricardo Lorenzetti, quien preside un Consejo Internacional de
Jueces para proteger el ambiente en el marco del “Programa de Naciones Unidas
para el Medio Ambiente” sabía, cuando firmó, que Texaco-Chevrón arrojó alrededor
de 16 mil millones de galones de agua tóxica a los esteros y ríos de la
Amazonia, que vertió intencionalmente 650 mil barriles de crudo y que construyó
880 fosas sin recubrimiento que fueron depósitos de crudo y sus
desechos.
Me pregunto si
saben Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda, Carmen Argibay, Raúl
Zaffaroni y Helena Highton de Nolasco que con su firma le han abierto
la posibilidad a Chevrón para que destruya nuestro país al igual que lo hizo en
Ecuador.
Me pregunto que
entiende Gils Carbó por democratizar el acceso a la justicia,
si mientras se penalizan las protestas sociales de los Pueblos Originarios se
absuelve a corporaciones que violan nuestros derechos como humanos.
¿Se han
preguntado qué va a pasar cuando pueblos damnificados en Argentina se vean
obligados a demandar a una transnacional para lograr justicia y
dignidad?
Nuestra
Corte Suprema ha sentado jurisprudencia en contra del propio pueblo argentino y
de los hermanos pueblos latinoamericanos, que han resistido permanentemente y
han actuado para preservar su identidad, su honor, sus recursos y su vida.
Por esto la
Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador
(CONAIE), junto a los argentinos y argentinas que queremos soberanía y
dignidad para nuestro pueblo frente a las multinacionales, rechazamos
este fallo y solicitamos su urgente revisión.
Adolfo
Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Presidente del Servicio Paz y Justicia
Premio Nobel de la Paz
Presidente del Servicio Paz y Justicia
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