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ROSARIO
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domingo, 28 de julio de 2013

VOCES Y MEMORIAS IMPRESCINDIBLES PARA NO OLVIDAR

Pasaron varios días desde la designación de César Milani; personaje que durante la última dictadura militar se desempeñó como subteniente especializado en inteligencia en el Batallón de Ingenieros de Construcción Nº 141 de La Rioja, y cuyo rol durante esos años es objeto de investigación para la justicia, en el marco de las causas por crímenes de lesa humanidad.
Hace 3 años atrás, en el 2010, cuando se discutió en el Congreso su ascenso a General de División; las advertencias sobre su vinculación con el Operativo Independencia iniciado en Tucumán en 1975 fueron acalladas cuando en una sesión extraordinaria, solicitada por el bloque kirchnerista del Senado durante el mes de diciembre, se aprobó su pliego con la ayuda del senador Samuel Cabanchik y Carlos Menem.
Hacia fines de junio del corriente año, la presidenta ordenó el reemplazo total de la cúpula de las Fuerzas Armadas, designando a César Milani como jefe del Ejército, quien desde el año 2007 conducía el área de inteligencia de la fuerza, vinculándoselo al desarrollo del denominado “Proyecto X”.
Tras la designación de Milani como jefe del Ejército Nacional su rostro comenzó a difundirse en medios de comunicación de todo el país, y varias personas reconocieron en esa imagen a quien había participado de interrogatorios a detenidos durante la última dictadura cívico militar.
Pese al intento por parte del gobierno nacional de desestimar las denuncias y sospechas en su contra, organismos de derechos humanos se pronunciaron en oposición al nombramiento de Milani mientras se exige la apertura de una investigación específica sobre su accionar y la reapertura de la causa por la desaparición de Alberto Ledo, un joven conscripto desaparecido en Tucumán cuyo expediente de deserción, con fecha de julio de 1976, está firmado por Milani como oficial actuante.

Las palabras de las víctimas de la dictadura militar fueron puestas en duda
Vimos con asombro e indignación que las palabras de Ramón Olivera, marcadas por el dolor de la memoria, denunciando a este integrante de las fuerzas armadas fueron puestas en duda; las palabras de un sobreviviente riojano. En algunos medios periodísticos hasta se intentó plantear que formaban parte de maniobras electoralistas, diciendo ¿Por qué justo ahora?
Otra vez las víctimas revictimizadas.
Pensamos que esa época había sido superada; cuando en las décadas de los 80 y 90 las Adrianas, las Gracielas, los Víctores entre otros/as tenían que demostrar por qué habían sido liberados/as; por qué ellas y ellos y no los/as otros/as detenidos/as desaparecidos/as. En el trajinar de las luchas, esa desconfianza, esas preguntas tuvieron miles de respuestas; y pudo ser que los valiosos testimonios de los/as sobrevivientes fueran base para vencer la impunidad.
¿Es que estas memorias, como la de la familia del conscripto Ledo, la de Olivera, no siguen siendo voces fundamentales para recordar y hacer justicia de los hechos horrorosos? ¿Se olvida que gracias a Julio López se pudo juzgar y condenar a Etchecolatz, entre otros?
Escuchando a miembros del Ejecutivo nacional y a representantes de algunos organismos de DDHH afines al gobierno, recordamos las largas historias de luchas por los derechos humanos que se concretaron en juicios; primero en la forma de Juicios por la Verdad y luego como juicios penales. ¿Los defensores de la designación de Milani se olvidan de las caras y de las voces de los/as detenidos/as -desaparecidos/as? 
Con la intención política de agitar lo binario, de polarizar lo bueno y lo malo, se dice que los/as que estamos contra el ascenso de Milani somos los/as mismos/as que acordamos con las leyes de impunidad...
La señora presidenta, los funcionarios, los/as referentes de algunos organismos ofenden la lucha por verdad y justicia, ofenden al dolor de los/as testigos, de los/as sobrevivientes; ofenden a aquellos/as que han revivido el horror una y mil veces testimoniando en largos juicios para que haya cárcel efectiva y perpetua para los represores, para los/as apropiadores/as de niños/as.
Muchos años de luchas nacionales e internacionales fueron necesarios para que las atrocidades de la dictadura sean declaradas crímenes de lesa humanidad, reconocidas como genocidio, e imprescriptibles.
Otro de los fundamentos para desestimar las memorias y la lucha por justicia de los/as testigos y sobrevivientes respecto a Milani fue que no había denuncia judicial presentada, ni otra iniciativa legal en el momento de los hechos. ¿Se olvida que durante la dictadura, la justicia legítima no existía, que muchas veces no se podían presentar habeas corpus porque también desaparecían abogados con conciencia social, que existían muchos jueces cómplices y partícipes de la dictadura militar? 
Este fundamento es tan doloroso e injusto; una hipocresía de los que se vanaglorian de ser el gobierno de los derechos humanos.
¿O fue fácil en provincias como La Rioja, Catamarca, entre otras, poder vencer impunidades arraigadas?
Durante años los genocidas, sus aliados civiles, los cómplices poderes económicos permanecieron impunes. A más de 30 años de la Noche del apagón en Ledesma-Jujuy, el responsable directo de esa masacre, el dueño del ingenio Ledesma, Pedro Blaquier, sigue vivito y recorriendo las calles argentinas a pesar de miles de denuncias, de ser indagado por la justicia. Todavía seguimos escrachando las oficinas de la empresa en Bs. As., y caminando desde Calilegua hasta Ledesma exigiendo justicia, pidiendo no a la contaminación. Tareas que comenzó la gloriosa madre Olga Arédez, que con su valentía enfrentó al poder económico de la dictadura militar.
Si no hubiese testigos de los campos de concentración, de las cárceles, de los exilios; si no hubiese madres, padres, hermanos/as, amigos/as, sindicalistas, compañeros/as de trabajo o de estudios que sostienen la búsqueda de justicia; si no hubiese escraches, investigaciones, movilizaciones, denuncias de vecinos/as; si todo esto no existiera, no sería posible el tránsito hacia la Justicia y la Verdad ; no habría hoy genocidas presos, y otros andarían mas tranquilos e impunes por la vida.
Muchas organizaciones populares siguen rescatando el No al olvido y al perdón, siguen luchando por la defensa de los derechos humanos de ayer y de hoy. Están las palabras de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, las de Nora Cortiñas, Mirta Baravalle, Elia Espen y las madres de Línea Fundadora, las de organismos que han firmado comunicados de indignación en todo el país; acercamos (abajo) uno de ellos como muestra.

Celina Rodríguez Molina
Militante popular/ sobreviviente de la ESMA

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