“No me peguen que estoy embarazada”, gritaba María José Acosta en la Cárcel de Mujeres de Ezeiza
5 de septiembre de 2013
(AW) Nueve hombres y ocho mujeres, todos uniformados, desoyeron este grito de María José Acosta (26) y a palos, patadas y trompazos la torturaron para que rompiera un hábeas corpus donde se denunciaba a la justicia violencias penitenciarias contra mujeres indefensas. La Directora del Módulo 3, de apellido Moreira, amenazó a María José y le garantizó diversas torturas a su regreso de la Unidad Psiquiátrica 27, adonde fue llevada y la mantienen dopada en base dosis discrecionales de Alopidol.
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“Vení que tenés audiencia en Jefatura”, le dijeron a María José Acosta, presa en el Pabellón 18 de Ezeiza, el martes 3 de setiembre. La “audiencia”, en realidad era un violento apriete para que rompiera un hábeas corpus que ella, junto a sus compañeras, habían sacado a la mañana contra de la guardia del día. Como ella se negó a romper el escrito, empezó la garroterapia. También los gritos de chicas que veían la paliza: “¡Le están pegando a la Beba”. Así, le pusieron precintos con las manos atrás, y la apalearon un total de 17 grises de la guardia y de requisa. La que más se ensañó fue Moreira, directora del módulo 3. María José al defenderse golpeó a Moreira quien la amenazó con diversas torturas para cuando regrese de la 27.
En horas de la mañana, 12 chicas del pabellón 18 habían firmado el hábeas corpus porque jefa de Seguridad había mandado a fumigar, sin aviso, sin que ellas estén en condiciones. Según fue denunciado a esta Agencia: “Entraron con personal masculino, algunas chicas se estaban bañando, otras en la cama a medio vestir, otras durmiendo y cuatro uniformados varones vieron a las chicas en esas condiciones, lo cual está prohibido por sus propias reglas”. Ante el reclamo de las chicas, la Jefa de Seguridad indicó que: “Acá vamos a fumigar le guste a quién le guste”. Y así lo hicieron.
Por diversas voces, que lograron romper los cerrojos, al cierre de esta edición un médico de la Procuración Penitenciaria de la Nación iba a constatar las heridas de María José y se halla en preparación una denuncia contra la jefa Moreira y otros grises.
Como ya informara esta Agencia, la U3 fue escenario de 9 asesinatos de mujeres indóciles, serie letal iniciada durante la anterior gestión del nuevamente titular del Servicio Penitenciario Federal, Alejandro Marambio Avaría.
"Toma tú que te toca a tí, pero soy sordo"
Una pomposa delegación visitó la Cárcel de Mujeres al día siguiente de las torturas a María José. La misma reunía a integrantes de la Comisión de Coordinación y Seguimiento de control Judicial de Unidades Carcelarias, miembros del Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma). Esta Comisión es un organismo interinstitucional que nuclea a los jueces de las cámaras de Casación Penal, Federal y del Crimen; a la Procuración General y a la Defensoría General de la Nación, a organismos encargados del control carcelario, entre otros.
Lo declamado por estos funcionarios fue la necesidad de tomar “medidas conjuntas para fortalecer la seguridad y la garantía de los derechos humanos en las unidades penales".
Lástima grande que durante la recorrida por los pasillos, ninguno de estos elegantes hombres pudieron escuchar los gritos desgarrados que provenían, tan cerca, de barrotes adentro: “por favor, vengan, escúchennos, hay una compañera que fue torturada y está muy mal. Por favor, vengan, escúchennos”. Todos distinguidos portadores del protocolo del “toma tú que te toca a tí”, miraron hacia el cielo azul y pacífico que cubre la prisión. Claro, en él no había ninguna mujer embarazada, desmayada a golpes, convulsionando. Sola. Esas mujeres no están en el cielo, están en la tierra sucia de penitenciarios, abogados y jueces que miran para otro lado cuando el dolor y la opresión trituran a una hija del pueblo más humillado.
Una pomposa delegación visitó la Cárcel de Mujeres al día siguiente de las torturas a María José. La misma reunía a integrantes de la Comisión de Coordinación y Seguimiento de control Judicial de Unidades Carcelarias, miembros del Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma). Esta Comisión es un organismo interinstitucional que nuclea a los jueces de las cámaras de Casación Penal, Federal y del Crimen; a la Procuración General y a la Defensoría General de la Nación, a organismos encargados del control carcelario, entre otros.
Lo declamado por estos funcionarios fue la necesidad de tomar “medidas conjuntas para fortalecer la seguridad y la garantía de los derechos humanos en las unidades penales".
Lástima grande que durante la recorrida por los pasillos, ninguno de estos elegantes hombres pudieron escuchar los gritos desgarrados que provenían, tan cerca, de barrotes adentro: “por favor, vengan, escúchennos, hay una compañera que fue torturada y está muy mal. Por favor, vengan, escúchennos”. Todos distinguidos portadores del protocolo del “toma tú que te toca a tí”, miraron hacia el cielo azul y pacífico que cubre la prisión. Claro, en él no había ninguna mujer embarazada, desmayada a golpes, convulsionando. Sola. Esas mujeres no están en el cielo, están en la tierra sucia de penitenciarios, abogados y jueces que miran para otro lado cuando el dolor y la opresión trituran a una hija del pueblo más humillado.
Oscar Castelnovo
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