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ROSARIO
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viernes, 6 de septiembre de 2013

CRIMEN SIN OLVIDO

Hace 17 años, un viernes como hoy, cuando como todos los jóvenes de su edad se preparaba para disfrutar la noche, asesinaron a Aníbal Rodolfo Pellegrini.
Mi sobrino, mi ahijado, el montoncito de amor y rulos rubios que vi nacer y crecer hasta convertirse en un hermoso hombre y una persona querida por quienes lo conocían.

Tenía 23 años y era, el día de su asesinato, el 6 de septiembre de 1996, un estudiante de Ciencias Exactas en el profesorado de Casilda y un obrero industrial, en una empresa que como buena patronal, no asomó la nariz a ofrecer ayuda frente a la horrenda situación que vivió la familia.

Yo tenía por entonces una pequeña trayectoria de militancia, pero su muerte me enseñó el espanto de los despachos oficiales, tribunalicios, judiciales, policiales, políticos, ante un crimen cometido por uno de los propios: un policía de la Provincia de Santa Fe que fue increíblemente protegido durante todo el tiempo posible. Aún condenado a prisión perpetua por la tozudez y firmeza de la familia, lo siguieron protegiendo.

El asesino se llama Darío Hogsten y tenía sólo 29 años. Hoy debe estar libre, cumplida una prisión perpetua inexistente, pero no me caben dudas de que constituye un peligro para la sociedad. Matar para robar una moto no es el mejor ejemplo de un policía. Así se demostró en el juicio. Nunca se arrepintió. Puede volver a hacerlo.

Tirar el cadáver al río para desaparecerlo, a 20 años de la dictadura que nos dejara 30.000 desaparecidos/as, marcaba la dimensión exacta del criterio de impunidad existente en aquellos años. Que sin dudas persiste. Y la podredumbre de una institución corrompida desde sus raíces. Esa podredumbre de la Policía Santafesina SA, que vemos todos los días en los diarios.

El horror de la búsqueda de un desaparecido….pues sabía bien su asesino aquello de que sin cuerpo no había crimen… algo que cambio para siempre en los juicios a los genocidas de lesa humanidad.

La brutal afrenta de querer hacer ver a la víctima como culpable de algo, tal vez en la certeza de que no puede defenderse, la teoría del “por algo será”

El trajinar interminable, aún muchos años después de la condena, intentando que realmente se cumpla.

En medio del dolor conocimos la solidaridad sin límites:
-De periodistas rosarinos, Alicia Simeoni , la primera, de Rosario12; La Capital y El Ciudadano, cuyos periodistas y fotógrafos se jugaron enteros para ayudarnos a sacar el asesino de las calles. (Porque a pocos meses de la condena, caminaba libre y sin controles por la vecindad de Dorrego al 700. Hicimos cerrar esa comisaría para policías asesinos y corruptos luego de un escrache en 2003)
- De compañeros/as de trabajo, la contención y el afecto imprescindibles en esos días.
- La firmeza de vecinos, amigos, compañeros de Aníbal que testificaron sin miedo ni vacilaciones.
-De organizaciones de Derechos Humanos y muchas otras (imposible nombrarlas a todas) de Rosario y Casilda y por supuesto de la APDH Rosario.

Cuando hoy veo, escucho y leo sobre la brutalidad policial contra mujeres, niños y jóvenes, pienso en Aníbal y en su muerte tan injusta maldita muerte en manos de tan malnacido criminal y siento el vacío de las palabras de políticos, jueces y etc. etc. para
una madre que llora como cada día lloran tantas madres de nuestro pueblo frente a sus hijos sesgados por bala policial.

Y cada día pienso en ese día fatal que cambió mi vida para siempre.
Pienso en ese chiquito de rulos que adoraba y en ese hombre lleno de sueños sin cumplir y le digo que no importa que pase, no voy a dejar de luchar en el camino que su muerte me puso. Esa muerte que me abrió los ojos a un infierno que muy pocos creen que existe hasta que llegan a él.

Aníbal tenía una hermosa vida llena de proyectos. Pequeña. Sencilla. Llena de solidaridad y ternura por su familia y sus amigos.
Tuvimos justicia. Pero queríamos tenerlo a él, vivo.
Hoy quería recordarlo.
Contarle a nuestros/as amigos/as con los que compartimos tantas cosas , esta historia, de la que muy pocas veces hablo. 
Quería que lo conozcan.
Gracias por leer
Rosario, 6 de septiembre de 2013-
Norma Ríos -Pta. APDH Rosario


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